La verdad es que no hay nada que me guste más que merendar un buen trozo de bizcocho. Bueno sí, hay una cosa que me gusta todavía más y es el olor que se queda en toda la casa después de hornearlo.
Desde bien pequeñita puedo recordar ese olor. Magdalenas, bizcochos, galletas, etc. todos esos manjares salían de la cocina de mi madre y yo, como muy bien podéis imaginar, era su pinche.
Así que cada vez que me pongo manos a la obra, los recuerdos de mi infancia me inundan y me hacen sentir una alegría mezclada de añoranza. No sé si me entendéis, pero mi niñez fue tan bonita y fui tan feliz que me siento realmente afortunada y pensar en esos momentos es algo mágico. Realmente faltan las palabras para expresar todo lo que se me remueve por dentro, tan solo puedo sentirlo y disfrutarlo.
Desde luego mi madre me transmitió, y aún sigue haciéndolo, su pasión por la cocina. Por eso disfruto tanto de esos momentos metida en mi "laboratorio", creando recetas que hagan felices a mis seres queridos, tanto como ella lo hizo con nosotros de pequeña como cada vez que voy a su casa.
Por eso me siento en la necesidad de compartir esta receta con todos vosotros. Surgió de la improvisación tras anunciarnos que recibiríamos visita y os puedo asegurar que todos los que la probaron repitieron, así que ahora os toca a vosotr@s hacer felices a los demás y a vosotros mismos con un trocito de esta delicia.
INGREDIENTES PARA EL BIZCOCHO:
- 125 grs de a harina de avena.
- 125 grs de harina de almendras.
- 4 huevos.
- 60 ml de leche desnatada.
- 50 grs de mantequilla fundida.
- 1/2 cucharadita de levadura.
- Sucralosa al gusto.
- Vainilla al gusto.
- 180 grs de pepitas de chocolate sin azúcar.
INGREDIENTES PARA LA COBERTURA:
- 200 grs de chocolate sin azúcar.
- 40 ml de nata.
ELABORACIÓN DEL BIZCOCHO:
Precalentamos el horno a 180º y preparamos nuestro molde de 15 cm. Reservamos.
En un bol, mezclamos los ingredientes secos (sucralosa, levadura y harinas).
En otro bol hacemos los mismo pero esta vez con los ingredientes húmedos (huevos, leche, mantequilla y vainilla).
Después agregamos a la mezcla de ingredientes húmedos los secos y batimos hasta obtener una masa homogénea. En ese momentos añadimos las pepitas de chocolate y batimos ligeramente para que se repartan de manera uniforme.
Echamos la masa en nuestro molde y horneamos durante 45 minutos.
Transcurrido este tiempo sacamos nuestro bizcocho del horno y dejamos enfriar unos 15 minutos.
Mientras enfría preparamos nuestra cobertura. Para ello ponemos la nata junto con el chocolate en un bol y fundimos hasta obtener una ganache.
Con la ayuda de una pajita o el mango de una cuchara de madera (que sea redonda) agujereamos nuestro bizcocho por todas partes y con la ganache aún caliente bañamos el bizcocho asegurándonos que el chocolate entre bien por todos los orificios.
Dejamos enfriar por completo antes de desgustar.
No imagináis la delicia que supone cortar un pedazo de este bizcocho y ver todas las pepitas de chocolate que contiene, pero es que además, con lo agujeros que le hicimos, tiene un extra de chocolate cojas el trozo de cojas.
Sin duda todo un acierto porque en mi casa, nunca es suficiente chocolate.
Espero haberos tentado mucho y que las ganas de bizcocho que os haya creado sean tan grandes que no tardéis en hacerlo en casa.
Muchos besos, sed felices y hasta dentro de una semana.
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