Nada como empezar el día con unas ricas galletas caseras con ingredientes más que Top. Como muchos ya sabéis, estoy un poco obsesionada con las cookies, llevo una temporada en la que no puedo parar de pensar en ellas, las veo en mi cabeza de todas las formas y sabores posibles, es algo que se me escapa de las manos y que ni puedo, ni quiero parar.
Hace un tiempo que preparé esta maravilla rellena de chocolate blanco sin azúcares añadidos y al fin he podido encontrar un hueco para redactarla. Están tan ricas que nada más salir del horno, cuando todavía estaban calientes, no pudimos resistir la tentación y nos pusimos con la sesión de fotos, porque sabíamos que si esperábamos más era muy poco probable que alguna de ellas sobreviviera para someterse al book para el blog.
Os puedo asegurar que comer solo una es todo un reto, quedan tiernas, jugosas, llenas de sabor y con ese relleno que hace que las cookies sean aún más sabrosas. Cada vez que horneo galletas en casa me doy cuenta de la importancia que tiene el horno en su elaboración, para mí es la auténtica clave para tener unas cookies jugosas, con un interior blandito y húmedo. Porque así es como me gustan a mí, grandes y gorditas, crujientes por fuera pero escondiendo por dentro todo un interior sorprendentemente denso y jugoso.
¿Os atrevéis a disfrutar de una merienda tan deliciosa como ésta, sin azúcar y con un sabor irresistibles?
INGREDIENTES MASA:
- 250 grs de chips de chocolate blanco s/a.
- 2 grs sucralosa o edulcorante que utilices habitualmente.
- 120 grs de mantequilla a temperatura ambiente.
- 65 grs de queso de untar light.
- 1 huevo M.
- 200 grs de harina de almendras.
- 130 grs de harina de avena neutra.
- 1 pizca de sal.
- 10 grs de maicena.
- 5 grs de bicarbonato.
- 2 cucharaditas de extracto de vainilla.
- Unas gotas de saborizante de chocolate blanco s/a.
RELLENO:
- Chocolate blanco s/a fundido.
ELABORACIÓN:
En un bol tamizamos las harinas junto con el bicarbonato. Añadimos después la sal y reservamos.
Batimos la mantequilla y la sucralosa junto con el queso de untar light hasta obtener una masa suave y cremosa, unos 4 minutos.
Agregamos el huevo ligeramente batido junto con la vainilla y el saborizante de chocolate blanco y mezclamos hasta que se haya integrado completamente.
Poco a poco vamos añadiendo toda la harina, hasta obtener una masa homogénea.
En ese momento, añadimos los chips de chocolate blanco y mezclamos lo justo para que se integren y se repartan de manera uniforme por toda la masa.
Hacemos una bola con la masa y la envolvemos en papel film transparente. Metemos en la nevera y dejamos enfriar como mínimo una hora.
Transcurrido este tiempo, sacamos nuestra masa de la nevera. Cogemos unos 80 grs de masa (esto puede variar en función del tamaño de vuestras cookies, yo las quería grandotas), hacemos una bola y con un dedo hacemos un hueco en la masa para poner dentro una cucharadita del chocolate blanco fundido, cerramos la galleta con las manos sin apretar mucho para evitar que el relleno se escape. Repetimos la operación hasta acabar con la masa de galletas y las ponemos sobre una bandeja con papel vegetal.
Precalentamos el horno a 180°, a media altura y sin aire y horneamos durante doce minutos nuestras galletas (esto dependerá de vuestro horno), es importante no pasarse con el horno, queremos que el centro quede jugoso y tierno. Sacamos del horno y dejamos enfriar en la misma bandeja durante al menos diez minutos ya que nada más salir del horno son muy frágiles. Después es importante dejarlas enfriar, aunque sea un poco, sobre una rejilla.
Os prometo que soy tan impaciente que esperar esto minutos de enfriado me supone todo un reto. Vamos que siempre cojo alguna cuando todavía está aún tan débil que se me desmorona en las manos, pero es parte del placer que para mí supone hornear galletas, que mi casa huela increíble y ese disfrute de saborear una galleta recién salida del horno, humeante y sabrosa. Siempre me toca soplar antes de darles un mordisco, pero eso también forma parte del momento.
Y vosotros, ¿sois capaces de esperar o sois de soplar también? La ansiedad e impaciencia me pueden.
Feliz semana amigos, en siete días nos vemos por aquí.
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