Con estos calores que aún seguimos sufriendo, a quién no le apetece disfrutar de un postre fresquito, delicioso y con menos calorías.
Se acerca el fin de semana y el cuerpo lo sabe, así que después de toda la semana de trabajo, esfuerzo y quebraderos de cabeza, vamos a darnos una alegría como está mandado y como bien nos merecemos. Y si es a cucharadas mejor que mejor.
Para este finde nos apetecía chocolate y en grandes cantidades además. No sé si a vosotros os pasa, pero en momentos de estrés mi cuerpo y mi mente tienen muy claro lo que necesitan para recuperar energía y esto se traduce en dulce el 99,9% de las veces.
Y como este semana tanto mi chico y yo hemos retomado nuestra vuelta a la rutina, quería darle un capricho y esto no podía ser con otro sabor que no fuera chocolate blanco, su auténtica debilidad. Al pobre le tengo frito con tanto cacahuete, así que ya tocaba algo que él disfrutara en condiciones.
Y no os podéis imaginar cómo lo ha disfrutado. El resultado es perfecto, cada cucharada es como si te comieras el relleno de los Kinder, porque la combinación de la ganache de chocolate blanco con el chocolate con leche fundido son la clave para conseguir este efecto.
No lo dudéis, receta sencilla, rápida y sin complicaciones para dejar boquiabiertos a vuestros familiares.
INGREDIENTES:
- 200 ml de nata para montar.
- 200 grs de chocolate blanco s/a.
- 50 grs de chocolate con leche s/a.
- Bolitas protéicas de chocolate.
ELABORACIÓN:
Troceamos el chocolate blanco y lo ponemos en un cuenco.
Calentamos la nata en un cazo a fuego medio, cuando esté a punto de hervir, retiramos del fuego y lo echamos en el cuenco donde tenemos el chocolate troceado. Dejamos reposar unos dos minutos y transcurrido este tiempo removemos energicamente con unas varillas hasta que el chocolate se funda por completo.
Tapamos a piel con un film transparente para evitar que forme costra y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Cuando esté frío, metemos en la nevera mínimo cinco horas o toda noche (en mi caso fue lo que hice).
Al día siguiente, pasamos la ganache al bol de la amasadora y con las varillas la montamos como si se tratara de nata. Reservamos en la nevera.
MONTAJE DE LAS COPAS:
Fundimos el chocolate con leche en el microondas y lo dejamos atemperar. Cuando haya alcanzado la temperatura adecuada, ponemos una capa generosa del mismo en la base de los vasos que hayamos elegido para la presentación.
A continuación, cubrimos con la ganache hasta la mitad del vaso, añadimos bolitas proteicas de chocolate o cualquier elemento crunchy (galletas, frutos secos, etc), volvemos a cubrir con más ganache y lo terminamos con una capa de chocolate con leche fundido.
Para decorar ponemos unas bolitas protéicas.
Guardamos en la nevera hasta el momento de servir.
Con estas cantidades salen dos copas generosas, aunque todo dependerá en el tamaño de los vasos que utilicéis para hacerlos.
Ya os aseguro que si los vasos son pequeños, os comeréis más de uno, porque está tan rico que nunca es suficiente.
Muchos besos, nos vemos en una semana con nueva receta.
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