Soy una enamorada de los helados, os aseguro que, aunque os lo he dicho muchas veces, podría alimentarme a base de esta maravilla de por vida. Comería helado en el desayuno, almuerzo, merienda y cena, así sin parar.
Pero no os penséis que solo los consumo en verano, para nada, el helado es ideal para todas las épocas del año. La verdad es que no hay nada que más me guste que, en pleno invierno, cuando fuera hay unas temperaturas bajas de verdad o está lloviendo o incluso nevando, estar sentada en mi sofá, con mi manta y mi chico al lado, nuestras tarrinas de helado preferidas y nuestras cucharas en mano, dándonos nuestro capricho más añorado durante toda la semana.
La verdad es que tenemos gustos muy parecidos, cosa que es de agradecer porque así compramos por dos, y siempre vamos directos a la zona de refrigerados en busca de nuestros amados caprichos porque tenemos nuestros TOP indispensables que no nos pueden faltar.
Sé que los helados son auténticas bombas, a las que no pienso renunciar, porque oye hay que darse caprichos y tener un equilibrio en la vida y éste es el mío sin lugar a dudas. Creo que por este motivo, hace tiempo me compré un heladera y algunos moldes, los cuales tenía guardados en un armario y a los que aún no les había sacado partido en condiciones, pero con este calor que no nos deja ni respirar, mi ingenio se puso en marcha y salió esta maravilla.
Para estrenarme por todo lo alto en el mundo del "Ice-Cream" tenía que recrear uno de mis helados preferidos del mundo mundial y ya que me ponía con ello, también iba a ser sanote, rico en grasas saludables y sin azúcares añadidos y la verdad es que el resultado ha sido más que maravilloso.
Con un sabor increíble, muy similar al auténtico, cacahuete en estado puro, con un montón de bombones rellenos que hacen que esta tarrina sea una verdadera tarrina llena de placer y sabor, cremoso y tan rico que resulta imposible dejar de meter la cuchara hasta no ver que se ha terminado.
Os aseguro que es una verdadera pasada. Por este motivo está rebautizado y este helado tiene su envase customizado "Obsesión Cupcake- Peanut Butter Cups".
INGREDIENTES PARA LOS BOMBONES:
- 3 tabletas de chocolate con leche s/a.
- Mantequilla de cacahuete.
INGREDIENTES PARA EL HELADO:
- 3 plátanos congelados.
- 200 grs de nata líquida.
- 400 grs Ecomil Cuisine de Almedra,
- 1 taza de mantequilla de cacahuete.
- 1/2 taza de harina de cacahuete desgrasada.
- 2 cucharaditas de edulcorante líquido.
- 1/2 cucharadita de vainilla líquida.
ELABORACIÓN BOMBONES:
Fundimos el chocolate en un bol apto para el microondas en intervalos cortos de tiempo para evitar que se nos queme.
Cuando el chocolate esté listo, cubrimos nuestros moldes de silicona para bombones y repartimos bien por las paredes y la base. Refrigeramos hasta que el chocolate solidifique.
Sacamos de la nevera y rellenamos los huecos de los bombones con mantequilla de cacahuete y cubrimos de nuevo con chocolate. Llevamos al congelador hasta que los necesitemos.
Si no tenéis moldes de silicona para bombones, podéis hacerlos en moldes de magdalenas y después cortarlos en trocitos.
ELABORACIÓN DEL HELADO:
Si usáis heladera, es necesario que la guardéis en el congelador como mínimo 24 horas para que el bol se congele y obtengáis un helado perfecto.
En la batido, procesamos todos los ingredientes necesarios para elaborar nuestro helado. Batimos bien hasta obtener una mezcla homogénea. Reservamos.
En este momento, sacamos la heladera de la nevera y la ponemos en funcionamiento, de esta manera evitaremos que nuestra mezcla de helado se quede pegada a las paredes. Añadimos poco a poco la mezcla sin parar la heladera, cuando hayamos echado toda la dejamos en la heladera hasta que veamos que tenemos la consistencia adecuada (unos 30-40 minutos, depende de la heladera y del calor exterior).
Cuando lo tengamos listo, sacamos nuestros bombones del congelador, desmoldamos en un plato y reservamos.
Ponemos una capa de nuestra mezcla de helado en la tarrina que hayamos elegido para la ocasión y después unos cuantos bombones, otra capa de helado, más bombones, helado, bombones, etc. y así hasta acabar con ambas.
Metemos en el congelador mínimo dos horas. Se podría comer así directamente pero a mí me gusta un poco más duro, así que os lo dejo al gusto del consumidor porque ya os aseguro que aguantar la tentación de las dos horas de congelado no es nada fácil.
Y nada, solo queda sacarlo y disfrutarlo sin remordimientos. La verdad es que no se me ocurre mejor manera para escapar un poco de este calor tan asfixiante.
Besos a todos y a disfrutar amigos.
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