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Pepitos Fritos de Crema

jueves, 4 de junio de 2020


De toda la vida los Pepitos fritos han sido todo un clásico en mi familia. Mi padre siempre que tiene la oportunidad, porque vayamos a una pastelería a merendar, se pide uno.

Puede decirse que es su dulce preferido. Y sabiendo esto, ¿Cómo no me había planteado antes intentar hacerlos caseros? Pues aprovechando que se acercaba el aniversario de mis padres, me puse manos a la obra.

Ellos esperaban una tarta, pero para su sorpresa este año íbamos a celebrar su amor con un dulce típico del cual existen innumerables "fans" por todas partes. Cuando empiezas a hacerlos o enseñas la foto, le salen amigos por todas partes y todo el mundo te dice: "Ohh, es mi dulce preferido".

Y os tengo que decir que, aunque son laboriosos y pasé mi momento de pánico al pensar que no me iba a salir bien la masa, os aseguro que bien merece la pena meter las manos en harina y hacerlos caseros. El sabor es sin lugar a dudas especial, y su textura es más que perfecta, nada que envidiar a los comprados en tienda. De hecho en casa nos gustaron mucho más, porque están hechos con ingredientes naturales, sabiendo que estás comiendo un dulce con todo lo que tienes en casa y que conoces a la perfección. Nada de colorantes, conservantes ni aromatizantes.

Su sabor es real y se debe a la elección de la mejor materia prima de la que disponemos, aceite, harina, vainilla, huevos, etc. Dulce casero, de los de verdad, de los que nos hacían las abuelas y que, por culpa de la bollería industrial estamos perdiendo.

Os animo a que los hagáis en casa, no son para nada difíciles. Lo único que hay que tener es paciencia, ya que al ser una masa que lleva levadura de panadería necesita su tiempo de mimo y amor para que crezca en su máximo esplendor, por lo demás, solo tenéis que seguir las indicaciones de la receta y podréis disfrutar de unos "verdaderos Pepitos de Crema", eso sí, con estos calores se tienen que comer practicamente el mismo día ya que al contener crema pastelera su conservación es en nevera y esto hace que la masa del bollito se endurezca con facilidad.

Así vamos todos a la cocina y a preparar esta deliciosa merienda para el fin de semana.

Receta del blog Dulces para un Ángel aunque yo he modificado cantidades y he hecho mi propia receta de crema pastelera.

INGREDIENTES PARA LA CREMA PASTELERA:

  • 4 yemas de huevos.
  • 125 grs de azúcar blanca.
  • 1 cucharadita de pasta de vainilla o esencia de vainilla.
  • 500 ml de leche entera.
  • 50 grs de maicena.

PREPARACIÓN:

Lo primero que debemos hacer para nuestros Pepitos es elaborar la crema pastelera. Os aconsejo que lo hagáis el día de antes y la conservéis en la nevera dentro de una manga pastelera provista de una boquilla de estrella tal y como hice yo.

Tengo otra receta en el blog, en el apartado de básicos, pero con esas cantidades nos quedaríamos cortos para rellenar nuestros dulces.

Empezamos mezclando en un bol las yemas de huevo junto con la maicena y el azúcar hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos. Reservamos.

Por otro lado, ponemos la leche junto con la vainilla y cocemos hasta que rompa a hervir. En ese momento, retiramos del fuego.

Vertemos un cuarto de la leche caliente en el bol donde teníamos la mezcla de yemas y batimos energicamente, esta acción permitirá disolver y diluir la mezcla sin que las yemas se cuajen.

Terminamos de añadir toda la leche a la mezcla y pasamos la misma al cazo para, sin parar de remover, llevarla a ebullición y que espese.

Cuando la tengamos lista, la echamos en una manga pastelera y dejamos que enfríe antes de meterla en la nevera. Reservamos durante toda la noche.

INGREDIENTES PARA LA MASA DE LOS PEPITOS:

  • 325 grs de harina de fuerza.
  • 180 ml de leche entera.
  • 1 sobre de levadura seca de panadería (5,5 grs)
  • 80 grs de azúcar blanca.
  • 1 huevo M.
  • Una pizca de sal.
  • 50 grs de mantequilla pomada.
  • Aceite de girasol para freír la masa.
  • Azúcar blanca para rebozar.

ELABORACIÓN:

En un bol apto para el microondas, templamos la leche. Cuando la tengamos lista, echamos en ella la levadura de panadería y con la ayuda de una cuchara removemos bien hasta que se diluya por completo. Reservamos.

En el bol de la amasadora (también se puede hacer a mano pero es más costoso y cansado) provista del complemento de la pala, echamos ponemos el huevo junto con el azúcar, la sal y mezclamos bien. Cuando la mezcla sea homogénea, añadimos la leche con la levadura disuelta y volvemos a mezclar.

Ahora tenemos que cambiar el complemento y poner el gancho de amasar (es ideal para masas y panes). Echamos toda la harina de una sola vez y amasamos durante unos 5 minutos aproximadamente. Transcurrido este tiempo, veremos que tenemos una masa elástica.

En este momento, añadimos la mantequilla en tres veces, no incorporaremos el siguiente hasta que el anterior esté bien integrado. Cuando se haya integrado bien toda la mantequilla seguimos amasando  a máxima velocidad aproximadamente 10-15 minutos, la señal que nos avisará que la masa está lista es porque queda lisa, transparente y se separa sola de las paredes del bol de la amasadora.

Trasladamos nuestra masa a un bol previamente engrasado y lo tapamos con film transparente para evitar que coja frío, lo dejamos reposar durante una hora mínimo en un lugar cálido (yo la dejé dentro del microondas).

Pasado el tiempo hacemos porciones de 90 grs cada uno, dándole forma alargada que es la típica de este dulce tan conocido. Cuando los tengamos listos los vamos dejando sobre una bandeja de horno provista de papel vegetal en su base para evitar que se nos queden pegados a la misma. Es importante dejar separación entre un pepito y otro porque al crecer podrían pegarse. Tapamos la bandeja con nuestros pepitos con una trapo de cocina y los volvemos a dejar levar unos 40 minutos en un lugar también cálido (para esta ocasión elegí el horno). 

Cuando haya pasado el tiempo del segundo levado, calentamos aceite de girasol en un cazo, es importante elegir un recipiente hondo para que nuestros bollitos puedan flotar y que no se nos queme nal estar en contacto con el fondo. Debéis de controlar mucho el calor del aceite para evitar que se nos quemen por fuera pero que al abrirlos estén crudos.

Una vez en el aceite los vamos girando para que vayan haciéndose de manera uniforme por todas partes, cuando los veamos dorados, sacamos del cazo con la ayuda de una espumadera y los dejamos reposar sobre un plato provisto de papel de cocina con el fin de que absorba el exceso de aceite.

Pasados unos minutos, cortamos de manera longitudinal con la ayuda de un cuchillo de sierra, tened cuidado y no os queméis, es fundamental hacer este paso cuando aún están calientes, practicamente recién salidos del aceite para después rebozarlos en el azúcar, la cual tenemos preparada en un plato. Digo que tienen que estar calientes porque es la única manera en la que el azúcar se quedará pegada a la masa.

Vamos friendo todos nuestros pepitos y repitiendo la operación de quitar el exceso de grasa, cortar por la mitad a lo largo y rebozar en azúcar hasta acabar con todo ellos.

Los dejamos enfriar por completo sobre una bandeja. Cuando estén listos, sacamos nuestra crema pastelera de la nevera, cortamos el pico de la manga pastelera y rellenamos uno a uno nuestros pepitos de manera generosa. Nada mejor como un Pepito bien lleno de crema pastelera fresca  y llena de sabor.

¿Se os ocurre mejor merienda para este primer fin de semana de junio? La verdad es que a mí y a mi familia no. Los tengo conquistados con mis momentos de repostera.

Besos fuertes, espero ver muchos Pepitos Fritos de todos vosotros.

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