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Tarta Sacher Saludable

jueves, 9 de enero de 2020


Desde que este verano estuvimos de vacaciones en Viena, esta tarta estaba rondando en mi cabeza desde entonces, quería hacerla saludable y sin azúcar y estas fiestas eran ideales para que este postre coronara una de las cenas o comidas copiosas típicas de estos días.

Hace muchos años y durante mucho tiempo, cuando era pequeña, esta era mi tarta preferida. Lo malo es que el relleno que encontrabas en las pastelerías era a veces albaricoque o a veces de fresa, y es entonces cuando mi tarta preferida perdía puntos de manera importante, porque yo la quería de albaricoque como la original, o al menos eso pensaba yo porque después de visitar Viena y degustar esta maravilla, todo cambió.

Como la cuidad, grandiosa, majestuosa y elegante, así es esta maravillosa tarta. Para mí no hay comparación, y aunque puedes probar una diferente en cada restaurante o cafetería, la del "Hotel Sacher" es la mejor con diferencia. El lugar tiene un encanto único y la tienda, donde se pueden comprar todo tipo de tartas en tamaños y formatos preparados para viajar a cualquier lugar del mundo, es digna de dedicarle un tiempo para admirar tanto cuidado y mimo en todo lo que allí venden.

Antes de ir me estuve documentando acerca de este postre y es que la receta es toda una controversia, se la disputan entre el Hotel Sacher y Demel, por eso yo tenía que probar ambas y sacar mis propias conclusiones. Si alguno de vosotros no sabe de qué hablo, os dejo un poco de historia de como nació esta tarta mundialmente conocida.

Su historia comenzó en 1832, cuando el príncipe Clemens Wenzel Lothar von Metternich pidió un postre especial para sus huéspedes. Entonces el jefe de cocina cayó enfermo de repente y el aprendiz que tenía, Franz Sacher, tuvo que preparar el postre. El joven aprendiz de 16 años deleitó a los presentes con una variación de pastel de chocolate que, posteriormente, se convertiría en la famosa tarta Sacher. 

Doce años más tarde, el aprendiz se independizó y en 1848 abrió una tienda de vinos y delicatessen en Viena. Su popularidad aumentó y la tarta de chocolate de Franz Sacher se convirtió en un éxito de ventas. La receta de la tarta fue culminada más tarde por el hijo mayor de Franz, Eduard Sacher. Durante su formación en Demel, la pastelería de la corte, Eduard desarrolló la receta que conocemos hoy y la tarta se vendía tanto en Demel como en el hotel Sacher.

Sin embargo, la tarta fue la causa de amargas disputas jurídicas sobre el nombre entre Demel y el hotel Sacher, cuando este ya ni siquiera estaba en manos de la familia.  El hijo de Eduard había transmitido la receta familiar original a Demel, pero el hotel la había registrado como marca con el nombre de "Tarta Original Sacher”.

Este pleito por los derechos de la delicia culinaria se prolongó durante décadas y el principal objeto del litigio era la receta de la tarta. 

Finalmente, en 1963 se llegó a un acuerdo que distinguía entre tarta "verdadera” y "original”. 

Desde entonces, el Hotel Sacher elabora la "Tarta Original Sacher” que está identificada por un sello de calidad en forma de círculo. Por su parte, Demel hace la tarta "verdadera” a la que llama "Tarta Eduard Sacher” y se distingue por un sello de calidad en forma de triángulo. La mayor diferencia entre ambos pasteles está en las capas de mermelada. Mientras la del hotel tiene dos capas, una en el medio y otra bajo la cobertura de chocolate, la variante de Demel prescinde de la capa del centro.

Yo, sin lugar a dudas me quedo con la del Hotel Sacher, como os dije anteriormente. Jugosa y con unos sabores de alta calidad, acompañada de nata me supo a gloria. Lugar perfecto, té delicioso y el trato inmejorable. La de Demel, me pareció seca y no destacable, insignificante, la típica que puedes comprar en cualquier pastelería y el lugar más bien feo con una atención que dejaba bastante que desear.

Me gustó tanto que la noche antes de volver, fui  a la tienda, que por cierto abren hasta la medianoche, y compré tartas para traer en unas cajas de madera más que maravillosas.

Y como el recuerdo de este delicioso postre está ya muy lejos, esta Navidad hice mi propia versión saludable, sin azúcar añadido y que nos ayudó a terminar de manera menos pesada la cena de Nochevieja.

INGREDIENTES PARA EL BIZCOCHO Y EL RELLENO:

  • 50 grs de harina de trigo integral.
  • 50 grs de harina de almendra.
  • 3 huevos.
  • 75 ml de aceite de oliva.
  • 50 grs de Eritritol.
  • 75 grs de chocolate negro 85 % sin azúcares añadidos.
  • 8 grs de levadura química.
  • 1 cucharadita de vainilla en pasta.
  • 200 grs de mermelada de albaricoque sin azúcar.


INGREDIENTES COBERTURA:

  • 150 grs de chocolate negro 85 % sin azúcares añadidos.
  • 150 ml de leche evaporada.
  • 30 grs de aceite de coco derretido.


ELABORACIÓN:

Precalentamos el horno a 180º C y preparamos un molde desmoldable con papel vegetal en su base. Reservamos.

En un bol, ponemos el chocolate negro y lo derretimos en el microondas en intervalos de 30 segundos. Dejamos que enfríe un poco.

En otro bol, separamos las yemas de las claras. Batimos las claras a punto de nieve y reservamos.

En el bol de la amasadora, mezclamos las yemas con el aceite de oliva, el eritritol, la vainilla y el chocolate que teníamos enfriando.

Agregamos poco a poco y sin dejar de remover los ingredientes secos tamizados: harina de trigo, harina de almendra y levadura, hasta que todos los ingredientes se integren.


En ese momento, añadimos las claras montadas poco a poco y con la ayuda de unas varillas mezclamos con movimientos lentos y envolventes.

Vertemos la mezcla en el molde que teníamos reservado y horneamos durante 30 minutos o hasta que al pinchar el bizcocho con un palillo, este salga limpio.

Sacamos del horno y dejamos enfriar por completo antes de desmoldar. Cortamos el bizcocho en tres capas con ayuda de una lira o un cuchillo de sierra y rellenamos con mermelada de albaricoque.

Para la cobertura, ponemos en un cazo la leche evaporada y cuando hierva retiramos del fuego, añadimos el chocolate troceado, el aceite de coco derretido y removemos hasta conseguir una crema de chocolate.

Cubrimos nuestra tarta con esta ganache de chocolate de manera uniforme por los bordes y por la superficie. Para terminar nuestra decoración, derretimos tres onzas más de chocolate, las ponemos en una manga pastelera y escribimos “Sacher” sobre la superficie.

Dejamos enfriar la tarta en la nevera. Os aconsejo sacarla unos 20 minutos antes de degustar.

Tiene un sabor muy potente a chocolate que junto con la mermelada y el dulzor que ésta le aporta hacen un conjunto más que delicioso.

Nada pesada, por eso se convierte en la culminación perfecta de cualquier celebración donde los excesos culinarios son los protagonistas.

Volvemos a la carga con nuevas recetas deliciosas. Por un 2020 dulce, lleno de alegría y amor. 

Besos mil, gracias por este año de compañía amigos.

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