Este fin de semana ha sido el cumpleaños de mi tía, la verdad es que en estos meses se me juntan un montón de celebraciones, entre cumpleaños varios (incluido el mío) y las navidades es un no parar de excesos.
Así que para esta ocasión y ya que mi tía es diabética, la tarta que preparé fue sin azúcares añadidos y algo más saludable aunque no por ello ligera y baja en calorías.
Pero al menos, de esta forma, ella puede darse un capricho dulce y yo, después de tantos días de comilonas, puedo elegir elegir un trozo de tarta un poco más saludable, así de esta manera los remordimientos son menores.
La tarta que os traigo hoy es sencilla pero deliciosa, queda jugosa y cremosa. No tiene nada que envidiarle al resto de cheesecake, además le añadí galletas Oreo sin azúcar para darle otro toque diferente y la verdad es que ha sido todo un acierto.
Hace un par de años que preparé esta cheesecake en su versión "ultra fat" y la verdad es que no la recuerdo tan rica como ésta. Yo sinceramente me quedo con esta versión porque he notado que cada vez que como algo refinado o hecho de manera industrial mi cuerpo no lo digiere de la misma manera, me siento pesada y la verdad es que es una sensación nada agradable, por eso, entre todos los postres que había en la mesa, elegí mi propia tarta como colofón a la cena.
INGREDIENTES PARA LA BASE:
- 20 galletas tipo Oreo s/a.
- 30 grs de aceite de coco derretido.
INGREDIENTES PARA LA CHEESECAKE:
- 700 grs de queso crema light.
- 1 cucharada de vainilla líquida.
- 5 huevos L.
- 5 cucharadas de sirope de ágave.
- 12 galletas Oreo s/a troceadas.
INGREDIENTES PARA LA GANACHE Y DECORACIÓN:
- 125 grs de chocolate con leche s/a.
- 3 cucharas de leche desnatada.
- 5 galletas Oreo s/a troceadas.
ELABORACIÓN:
Precalentamos el horno a 180ºC y preparamos un molde de 20 cm de diámetro, poniendo papel vegetal en su base. Reservamos.
Con la ayuda del procesador de alimentos, trituramos las galletas que teníamos reservadas para la base de nuestra tarta. Cuando la tengamos como una especia de harina, mezclamos bien con el aceite de coco previamente derretido, hasta que obtengamos una mezcla homogénea.
Extendemos de manera uniforme por toda la superficie de nuestro molde y reservamos en la nevera.
Ahora vamos a preparar la cheesecake, en el bol de la amasadora, echamos el queso crema, la vainilla y el edulcorante y batimos hasta que todos los ingredientes se integren.
En este momento, y sin dejar de batir, añadimos los huevos uno a uno, no incorporaremos el siguiente hasta que el anterior esté completamente mezclado.
Retiramos de la amasadora y añadimos las oreo troceadas, mezclamos bien con la ayuda de una cucharada de madera.
Sacamos el molde de la nevera y echamos nuestra crema de la cheesecake. Introducimos en el horno unos 40 minutos o hasta que al pinchar el centro con un palillo, éste salga casi limpio.
Sacamos del horno y dejamos enfriar por completo.
Para acabar nuestra cheesecake, hacemos la ganache, para ello vamos a poner en un cazo al baño María el chocolate con leche s/a junto con la leche y vamos a mezclar hasta que ambos ingredientes se integren y adquieran una textura homogenea.
En este punto retiramos del fuego y dejamos templar para después, con la ayuda de una espátula, lo extendemos de manera uniforme sobre la superficie de nuestra tarta.
Por último, ponemos los trocitos de Oreo para decorar.
Yo preferí no meter la tarta en la nevera una vez que estaba terminada, no quería que la ganache se pusiera demasiado dura y la verdad es que fue todo un acierto.
Su textura es más que perfecta, suave y sedosa. No tiene nada que envidiar a ninguna otra cheesecake calórica que os podáis imaginar, porque si ésta siendo saludable tiene calorías por un tubo, imaginaos las demás.
Así por aquí tenéis mi propuesta para disfrutar de un postre con menos remordimientos.
Besotes y feliz semana amigos.
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