La vuelta a la rutina siempre suele costar bastante y hacerse cuenta arriba, por eso, yo intento buscar cosas que me hagan todo trámite un poco más llevadero.
Además, como aún hace un poco de calor (el verano se resiste a abandonarnos) apetecen cosas fresquitas y si encima son dulces y saludables, mejor que mejor.
La receta que he elegido hoy para retomar la actividad del blog después de más de dos meses de vacaciones es sencilla pero a su vez deliciosa.
Porque ya que nos vemos obligados a volver a la carga, en cuanto a la jornada laboral se refiere, si podemos hacerlo de manera fácil en el terreno culinario y en nuestra cocina, sin mucho esfuerzo y sin encender el horno, esto será de agradecer.
Elegí hacer este postre, porque el fin de semana pasado tuvimos comida familiar y necesitaba preparar algo que no necesitara mucho tiempo y sobre todo, un postre de esos que puedes preparar con antelación y que con el tiempo gana en sabor.
Como volver a la rutina afecta a todos los aspectos de mi vida, la alimentación y el cuidado de la misma van de la mano, por eso le ofrecí este postre a mis invitados, postre saludable, bajo en azúcares, sin grasas añadidas y baja en hidratos de carbono.
Lo ideal para darse un capricho dulce sin un aporte calórico excesivo, que para empezar septiembre y todos los nuevos propósitos del nuevo curso escolar mejor ir poco a poco para que cueste menos.
La receta se prepara en quince escasos minutos y os puedo asegurar que es de esas que sabes nada más probar que la vas a repetir hasta la saciedad porque el sabor y la textura son increíbles.
Dulces y delicadas, el toque crujiente que le aportan las galletas a estas natillas saludables es todo un acierto y las convierten en una de mis recetas TOP, de esas que te salvan tanto un antojo de dulce como el postre de una cena inesperada.
INGREDIENTES:
- 12 galletas tipo Oreo sin azúcar añadido.
- 1 cucharadita de sirope de arce puro.
- 2 cucharaditas de edulcorante líquido.
- 2 cucharadas de sirope de ágave.
- 5 yemas de huevo.
- 700 ml de leche de soja 0%.
- 1 cucharadita de vainilla líquida sin azúcar.
- 30 grs de harina de arroz.
ELABORACIÓN:
Con la ayuda del procesador de alimentos, en su defecto una bolsa de plástico y un rodillo, trituramos las galletas hasta hacer una especie de harina con las mismas. Reservamos.
En un cazo, ponemos la leche a fuego medio junto con las yemas y removemos sin parar con la ayuda de unas varillas. Añadimos el sirope de ágave, arce, la vainilla y el edulcorante.
Cuando la mezcla comience a echar humo, añadimos el harina de arroz y sin dejar de remover hasta que rompa a hervir, en este momento bajamos el fuego y seguimos removiendo hasta que la mezcla espese y adquiera la consistencia típica de unas natillas.
Retiramos del fuego y dejamos enfriar unos 10 minutos aproximadamente.
Transcurrido este tiempo, ponemos un poco de galleta triturada en la base de los vasitos que hayamos elegido para su presentación, a continuación echamos una capa generosa de natillas, otra de galletas, otra de natillas y terminamos nuestros vasitos con un poco más de galleta triturada. Os puedo asegurar que las galletas nunca son suficientes.
Dejamos atemperar un poco fuera de la nevera y cuando veamos que ya no están del todo calientes, refrigeramos hasta el momento de consumir.
Os recomiendo que las dejéis enfriar por completo, de hecho yo las hice de un día para otro y quedaron ideales tanto de sabor como de consistencia.
Y hasta aquí la receta de hoy, empezamos de nuevo con deliciosas recetas, sabrosas, dulces pero sobre todo rápidas y sencillas.
Seguimos en el camino de cuidarnos dando alegría a nuestra mesa.
Feliz semana y nos siete días nos vemos por aquí.
Gracias por leerme.
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