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Cheesecake Fit de Calabaza y Cacahuete

jueves, 4 de abril de 2019


Hace unos cuantos meses el tío de mi chico nos regaló una calabaza enorme, y cuando me refiero a meses tengo que irme hasta Navidades, así que fijaros si ha llovido. 

Una parte la dedicamos a hacer puré, para él y para mi familia ya que los purés y yo no somos muy amigos que digamos. Y el resto lo congelé con la intención de hacer más cuando éste se acabara. Pero en eso se quedó, en solo una intención que no se materializó jamás porque  ¡Me olvidé de su existencia!

Y el otro día, de repente, abro el congelador, rebusco al final del cajón en busca de la cena y ahí estaba la pobre, abandonada a su suerte.

Tenía que ponerle fin a tantos meses de olvido y qué mejor forma que transformarla en algo dulce y delicioso pero sin grasas y sin azúcar, con un extra de proteínas.

Tengo que reconocer que no soy muy amante de la calabaza pero por eso mismo tenía que innovar e intentar hacer algo llamativo, mezclarla con algo que me encantase y nada mejor que una cheesecake. 

El resultado es espectacular, dulce y untuosa pero nada empalagosa, tiene lo mejor de las tartas de queso con un aporte de sabor que le ofrece la calabaza.

Os prometo que no hay mejor manera de utilizar esta hortaliza, lo mejor de todo, que se puede consumir en cualquier época del año, ya que en todos los supermercados la podemos encontrar envasada al vacío e incluso ya cocida, para mí todo un descubrimiento. Después de esta cheesecake, he de decir que me gusta la calabaza, ahora toca probar nuevas recetas con este nuevo ingrediente que he incluido en mi lista de "delicias"

INGREDIENTES BASE:

  • 200 grs de galleta integral sin azúcares añadidos.
  • 100 grs de mantequilla de cacahuete.

INGREDIENTES PARA LA CHEESECAKE:

  • 250 grs de calabaza cocida.
  • 250 grs de queso untar proteico.
  • 125 gr de yogurt griego natural bajo en grasas y sin azúcar.
  • 1 huevo L.
  • 1/2 cucharadita de canela.
  • 1 cucharada de harina de avena neutra.
  • 1 cucharada de sirope de arce puro.
  • 3 cucharadas de sirope de ágave.
  • 1/2 cucharadita de esencia de vainilla.


INGREDIENTES PARA LA COBERTURA:

  • 5 galletas integrales sin azúcar.
  • 1 cucharada colmada de mantequilla de cacahuete.


ELABORACIÓN DE LA BASE:

En el procesador de alimentos, echamos las galletas y las trituramos hasta obtener una especie de harina.

Ponemos nuestra harina de galletas en un bol y les añadimos la crema de cacahuete, mezclamos bien con un tenedor hasta conseguir una textura parecida a arena mojada.

Echamos la mezcla en la base de nuestro molde, el cual teníamos reservado con papel vegetal en su base, y lo aplastamos bien con la ayuda de una cuchara hasta que quede una base compacta.  Reservamos en la nevera para que endurezca mientras preparamos el relleno.


ELABORACIÓN DEL RELLENO:

Precalentamos el horno 180°C y preparamos un molde desmoldable de unos 20 cm de diámetro poniendo papel vegetal en su base. Reservamos.

Lo primero que vamos hacer, es cortar la calabaza en trozos pequeños, la ponemos en un bol apto para el microondas y la tapamos con film transparente. Ponemos a cocer en intervalos de diez minutos hasta que la calabaza quede blandita.

Cuando la calabaza tenga la dureza correcta, la ponemos en un bol más grande y esperamos un poco a que enfríe.

Cuando haya enfriado, añadimos el queso, el yogurt, la calabaza, la canela, los dos tipos de sirope, la esencia de vainilla y la harina de avena. Con la ayuda de la batidora, mezclamos hasta conseguir una mezcla uniforme y sin grumos.

Sacamos nuestra base de la nevera y vertemos el relleno.

Introducimos nuestra cheesecake en el horno al Baño María durante unos 60 minutos o hasta que la superficie adquiera cierto color dorado y al pincharla con una palillo, éste salga limpio.

Sacamos del horno y dejamos enfriar por completo para después introducir en la nevera. Lo ideal es dejarla toda la noche para que adquiera cuerpo y todos los sabores se intensifiquen.

ELABORACIÓN DE LA COBERTURA:

Al igual que hicimos con la base, en el procesador de alimentos echamos las galletas y las trituramos hasta obtener una especie de harina.

Ponemos nuestra harina de galletas en un bol y les añadimos la crema de cacahuete, mezclamos bien con un tenedor hasta conseguir una textura parecida a arena mojada.

Echamos nuestra mezcla sobre la superficie de nuestra cheesecake. Para desmoldar nuestra tarta, pasamos un cuchillo por los laterales del molde, de esta manera evitaremos que se nos rompa al emplatar.

Y os digo rompa porque queda tan cremosa que resulta difícil sacar un pedazo entero, aunque no hay problema si algún trozo se queda en el molde porque resulta tan irresistible que siempre se agradece un trocito de más.

Para mí y para toda mi familia ha sido todo un descubrimiento delicioso, nadie adivinó cual era el ingrediente secreto pero todos admitieron que fuera lo que fuese le daba un sabor y una cremosidad inigualables.

Espero que la hagáis porque estoy segura de que os va a encantar tanto como a mí. Feliz semana y en nada estamos de vuelta con nueva receta dulzona.

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