Todos la habéis preparado infinidad de veces para vuestros dulces, es el relleno ideal para nuestras tartas, bollos, galletas o incluso para comérsela a cucharadas.
Siempre recordaré el momento en que el que mi hermano y yo de niños, esperábamos ansiosos en al cocina, pegados al fuego, a que mi madre terminara de rellenar la tarta del cumple con la crema pastelera y así poder rebañar el cazo con los restos de la crema, lo hacíamos más que felices, aunque fuera caliente y mi madre, la pobre, siempre dejaba más la cuenta para que nosotros pudiéramos disfrutar y relamernos hasta los dedos (literalmente hablando).
Por eso me gusta tanto preparar estas recetas, porque me vienen tantos buenos recuerdos a la mente....recuerdos que incluso hacen que están recetas me sepan aún más buenas.
Me pongo sentimental amigos y es que con mi madre hemos disfrutado de una infancia muy dulce y no solo por las delicias que nos preparaba siempre, eso quizá a estas alturas es lo de menos, sino por el amor con el que nos hacía, y con el que nos sigue haciendo, todo, absolutamente todo. Y es que sí, ¡¡tengo a los mejores padres del mundo mundial!!
Vamos con la receta y los ingredientes que sino no acabo nunca y lo que es una receta sencilla podría convertirse en toda una historia interminable llena de anécdotas de mi infancia. ¡¡Qué quiero que sigáis leyendo mi blog!! no quiero espantaros a todos jejeje
INGREDIENTES:
- 250 ml de leche entera.
- 25 grs de azúcar.
- 3 yemas de huevo.
- 30 grs de azúcar más.
- 1 pizca de sal.
- 10 grs de harina.
- 10 grs de fécula de maíz (maicena).
- 1 cucharadita de vainilla en pasta.
PREPARACIÓN:
Primero comenzamos haciendo una mezcla con las yemas en un plato. Para ello, mezclamos las yemas de huevo, los 30 grs de azúcar y la pizca de sal y batimos bien, hasta que todos los ingredientes se integren.
A continuación, añadimos el harina y la fécula de maíz a la mezcla y volvemos a batir bien, hasta obtener una mezcla homogénea y sin grumos. Reservamos.
Por otro lado, ponemos un cazo al fuego, y cocemos la leche junto con los 30 grs de azúcar y la vainilla en pasta hasta que rompa a hervir. En ese momento, retiramos del fuego.
Vertemos una cucharada de la leche caliente en el plato donde teníamos la mezcla de yemas y batimos energicamente, esta acción permitirá disolver el azúcar y diluir la mezcla, que se incorporará con mayor facilidad al resto de la leche.
Echamos la mezcla de yemas a la cacerola y batimos hasta que se homogeneice. Volvemos a colocar el cazo en el fuego y llevamos a hervor sin dejar de batir.
Tenemos que dejar hervir hasta que la crema se vuelva espesa pero fluida (puede tardar unos 2 minutos como máximo).
Cuando la tengamos lista, la pasamos a un plato grande para acelerar el enfriamiento y ponemos un film transparente en contacto con la crema para evitar que se forme una costra en la superficie.
Cuando la crema esté tibia podemos meterla en la nevera hasta que se enfríe por completo.
Cuando vayamos a usarla, será necesario volver a darle consistencia batiendo intensamente hasta que vuelva a ser flexible y esponjosa.
Y ya tenemos lista nuestra crema pastelera, ideal para cualquiera de nuestros postres. En unos días os enseñaré para qué la he usado yo, una receta deliciosa, ya veréis.
Bueno, os dejo una pista en forma de imagen ;)
¿Qué será? jejejeje dentro poco, os sacaré de dudas.
Besos a todos y gracias por leerme.
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