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Bizcocho Fit de Avena y Frambuesas

jueves, 9 de marzo de 2017

 

Creo que ya os lo he contado en más de una ocasión pero siento la necesidad de volver a hacerlo, perdonadme, y esta vez lo voy a hacer bien alto.

¡Adoro desayunar!

Sí amigos, es mi momento preferido del día en cuanto a comida se refiere. Lo disfruto tanto que cuando me acuesto estoy pensando en lo que me espera nada más despertar. La verdad es que es una buena manera de motivarse ya que odio madrugar. Creo, bueno no creo, sé que no nací para madrugar.

Además, os tengo que confesar que desde que comencé con la idea de cuidar un poco más mi alimentación es cuando estoy disfrutando más de la comida y del desayuno en concreto.

Antes no salía de la típica tostada con mantequilla y mermelada, lo repetía hasta la saciedad y no me encontraba nada motivada por alimentarme en condiciones para afrontar con energía el resto del día, de ahí que incluso en ocasiones me tomará un té y arreara al trabajo directamente. Y es que la monotonía termina por cansarnos.

Pero desde que he comenzado hace poco más de un año a cuidar más lo que como y a tener en cuenta proporciones, cantidades y composición de los alimentos, todo es mucho más variado y por lo tanto más ameno.

Disfruto enormemente pensando en recetas Fit para el desayuno, me encanta cocinarlas y por supuesto, comerlas después. Cada mañana tengo un menú nuevo esperándome y no podéis imaginar lo que esto puede llegar a motivarme e incluso a hacer que el día sea más llevadero.

Hace un par de semanas os enseñé un bizcocho Fit de avena y arándanos que estaba delicioso, pues para esta ocasión he cambiado de fruta y siguiendo casi el mismo procedimiento lo he hecho de frambuesas y el resultado ha ido igual de espectacular.

¿Os animáis a probarlo conmigo? Podéis conservarlo en la nevera y tener para casi una semana, salen aproximadamente unos seis u ocho trozos generosos, así que tenéis el desayuno listo para disfrutar. Vamos, que no hay excusa posible para no hacerlo.

INGREDIENTES:

  • 150 grs de harina de avena.
  • 7 claras pasteurizadas.
  • 2 huevos enteros.
  • 1 cucharada de levadura química.
  • 1 cucharadita de bicarbonato sódico.
  • Un pizca de sal.
  • 1 y ½ cucharadita de edulcorante líquido.
  • 100 ml de leche desnatada sin lactosa.
  • La ralladura de un limón.
  • 200 grs de frambuesas frescas.


ELABORACIÓN:

Precalentamos el horno a 180º y preparamos un molde cuadrado para "Brownie"poniendo papel de hornear en su base. Engrasamos ligeramente las paredes del mismo con un poco de aceite de coco. Reservamos.

Separamos las yemas de las claras de los 2  huevos enteros y colocamos las claras  en el bol de la amasadora, la cual tendremos lista con el accesorio de varillas. Añadimos las otras 7 claras pasteurizadas y la pizca de sal y montamos a punto de nieve. Cuando las tengamos bien firmes, las echamos en un plato y reservamos.

En un bol mezclamos los ingredientes secos, es decir, la harina de avena, el bicarbonato sódico y la levadura. Reservamos.

Quitamos las varillas de nuestra amasadora y colocamos el accesorio para mezclar (la pala), en el bol echamos las yemas, la ralladura de limón, el edulcorante líquido y la leche, batimos bien hasta que todos los ingredientes se integren.

Cuando hayamos obtenido una masa homogénea, añadimos los ingredientes secos y mezclamos bien.

A continuación y con la ayuda de una espátula, agregamos poco a poco las claras montadas a punto de nieve. Lo haremos con movimientos envolventes, muy despacio, para evitar que se bajen, es importante que nuestra masa tenga mucho aire, así nos quedará  un bizcocho muy esponjoso al hornear.

Cuando hayamos incorporado las claras a punto de nieve, ponemos nuestra masa de bizcocho en el molde que teníamos reservamos y justo en este momento repartimos las frambuesas de manera uniforme por toda la superficie, la idea es apretarlas un poco en la masa pero no sumergirlas del todo, de modo que después podamos podamos verlas entre la masa. Horneamos durante 45 minutos. Transcurrido este tiempo, pinchamos en el centro nuestro bizcocho con un palillo, si éste sale limpio, nuestro bizcocho está listo.

Sacamos del horno y lo dejamos enfriar por completo dentro del molde.

Como os he comentado antes, se conserva perfectamente y acompañado de un poco de mermelada o de mantequilla de cacahuete, (creo que todos ya conocéis el serio problema de adicción que tengo con este ingrediente) hará que vuestras mañanas sean estupendas por mucho madrugón que tengamos que soportar.

Espero que os animéis a poner color a vuestros desayunos, yo sigo buscando nuevas ideas que compartir con vosotros.

Un beso enorme, nos vemos el próximo jueves.


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